Se llama Doctrina Social de la Iglesia Católica, al conjunto de las declaraciones oficiales del magisterio de la Iglesia acerca de las relaciones sociales, es decir, que se trata de enseñanzas sobre familia, educación, trabajo, economía, política, etc.,  respaldadas por las autoridades de la Iglesia Católica con poder de enseñar (magisterio), conforme lo otorgara  Jesús a sus apóstoles y a sus sucesores: el Papa y los Obispos.

                Sus documentos son sumamente   útiles aun para los no católicos, ya que constituyen una reflexión en torno a las normas y estructuras sociales y una propuesta de normas de orientación y actuación de profundo valor humanístico.

                Josef Thesing, profesor universitario y doctor honoris causa quien fue  colaborador por muchos años de la Fundación Konrad Adenauer, señala que una de las funciones esenciales de la Doctrina Social Católica (DSC) consiste en incorporar contenidos y convicciones en los procesos normativos actuales en los que se forjan las opiniones y hacerlos comprensibles incluso a los no cristianos.

                Algunos de los temas específicos de la Doctrina Social, son, entre otros: los derechos humanos; el trabajo; la empresa y los sindicatos; la economía; la política, el Estado y las ideologías; la justicia social; la política internacional; la guerra y la paz; el desarrollo de los pueblos; la familia; la cultura; la ciencia y la tecnología; la ecología.

                Está claro entonces, que el concepto de bien común no es ajeno a las temáticas sobre las que reflexiona la Doctrina Social Católica.

                Comúnmente decimos o escuchamos decir, que el Estado es el principal realizador del  bien común.  Que todos los hombres y todas las entidades intermedias tienen la obligación de aportar su contribución específica a la prosecución del bien común. Que toda convivencia humana tiene que fundarse en el bien común.

                Dicho bien, alcanza a los bienes materiales y espirituales  de todos en conjunto, como comunidad,  es decir que  está relacionado con el  vivir social de las personas.

                La sociedad se organiza jurídicamente en el Estado, para la prosecución del bien común. Hay bien común cuando el Estado dicta una Constitución que organiza los poderes públicos y efectúa la declaración de derechos y garantías; cuando dicta leyes sobre salud, seguridad, justicia, obras públicas, bienestar social, trabajo; cuando regula servicios públicos esenciales, cuando administra justicia; cuando  desarrolla actividad administrativa orientada a cubrir necesidades básicas insatisfechas; hay bien común, en todas las acciones estatales dirigidas a la satisfacción de los intereses públicos.

                  Se puede decir que corresponde al bien común todo lo que propende al desarrollo del ser  humano en forma integral. En esa línea, en nuestro país, el Preámbulo de la Constitución Argentina, enuncia objetos claros que constituyen el bien común cuya realización propugna la Carta Magna: unión nacional, justicia, paz interior, defensa común, bienestar general, libertad.

                No ofrece demasiadas dificultades, identificar el bien común en abstracto o como ideal a alcanzar. Se discuten sin embargo, y es donde los seres humanos tienen distintos criterios, los medios o herramientas para alcanzar ese bien común. Ese es el terreno de la política.

FUENTES:

BRARDINELLI,  Rodolfo Luis y GALAN, Carlos Luis – “Manual de doctrina social de la Iglesia”, Editorial Guadalupe, Buenos Aires, 2012.-

RASSAM, Joseph – “Introducción a la filosofía de Santo Tomás de Aquino”,  Ediciones RIALP S.A., Madrid, 1980.

MARITAIN, Jacques – “Los grados del saber - Distinguir para unir” – Club de Lectores, Bs. As., 1983.-

DIALOGO POLITICO – Publicación trimestral de la Konrad – Adenauer – Stiftung A.C., Año XX – N° 4 – Diciembre, 2003 - “Democracia y valores cristianos”