FILOSOFIA POLITICA - El humanismo de la Doctrina Social de la Iglesia

La Doctrina Social de la Iglesia representa el verdadero humanismo.-

                El humanismo, es la doctrina teórica y práctica que pone como principio la dignidad inalienable de toda persona humana.

                Las ideologías que representan en extremos opuestos el liberalismo y el marxismo, no pueden considerarse verdaderos humanismos.

                El liberalismo, desarrolló la teoría que da sustento al capitalismo, apoyándose en la propiedad privada  como derecho natural inalienable por el Estado. El contrato social se estipula no solo entre los ciudadanos, sino con el Estado, quien habiendo nacido para salvaguardar los derechos naturales, no puede actuar en sentido contrario, negándolos.

                Para esta filosofía política y económica, el Estado debe limitarse a cumplir las funciones de defensa exterior, orden interior, y justicia. No admite la intervención del Estado en materia económica, la cual –aun en defensa de los más pobres e indefensos- sería un elemento artificial que alteraría el equilibrio natural y a la larga produciría más daños que beneficios. Predica el orden económico como un orden natural, la libre competencia, la propiedad privada como absoluta e incondicionada, e independiza a la economía de la moral, siendo el motor de la economía el lucro.

                La Doctrina Social de la Iglesia (Católica), es sumamente crítica con respecto al liberalismo (así como con el marxismo, como se verá más abajo), señalando que atenta contra la dignidad de la persona, quien se convierte en un instrumento de producción y consumo. El liberalismo niega que la solidaridad social sea una obligación por la que el hombre alcanza su fin trascendente. Desconoce la función social de la propiedad, no tiene en cuenta la caridad;  acentúa la división en clases de la sociedad y concentra el poder en unos pocos económicamente poderosos.   También niega el derecho del Estado a intervenir para lograr el bien común; acentúa el individualismo y las libertades personales hasta desconocer la justicia social, convirtiéndose finalmente en un obstáculo para la verdadera libertad.

                Por su parte, la doctrina de Marx – Engels, propicia la revolución del proletariado, dándole la justificación por medio de la dialéctica concebida en tres pasos: tesis, antítesis y síntesis. Considera al Estado como un instrumento de dominación, siendo la clase dominante en el capitalismo la burguesa, por lo que conforme a la mecánica dialéctica de su teoría, se anuncia la lucha de clases, mediante la cual se sustituye a la burguesía por la clase proletaria, la cual instala a su vez una dictadura, para finalmente establecerse una sociedad comunista, sin clases y sin Estado.

                La posición de la Doctrina Social de la Iglesia frente al marxismo y a su aplicación concreta   –el comunismo-, hace hincapié en que atenta contra la dignidad de la persona, se inspira en un humanismo cerrado a toda perspectiva trascendente, es intrínsecamente totalitario, desconoce los derechos del hombre, limita y condiciona la libertad del hombre. Además, como sistema político, lo critica porque en la práctica se traduce en una concentración totalitaria del poder en el Estado, no reconoce la verdadera importancia del hombre y de su trabajo en el proceso productivo y priva a los miembros de la sociedad de su legítimo derecho a la propiedad.

                La Doctrina Social de la Iglesia, proclama un verdadero humanismo. En efecto, las palabras de Juan Pablo II pronunciadas en La Habana, en su homilía dirigida al pueblo cubano cuando visitó Cuba en 1998, muestran la preocupación de la Iglesia Católica por el hombre, por su verdadera liberación, la fraternidad, la justicia y la paz. Destacó la necesidad de conjugar libertad y justicia social, libertad y solidaridad, sin que ninguna quede relegada a un plano inferior. Precisamente, la Doctrina Social de la Iglesia trata de iluminar y conciliar las relaciones entre los derechos inalienables de cada hombre y las exigencias sociales, para que la persona pueda alcanzar su realización integral.

                En definitiva, para el pensamiento católico, el Estado es la forma natural de organización del  hombre en sociedad, para alcanzar el bien común, con la finalidad de que el ser humano se realice integralmente como persona y pueda alcanzar la verdadera felicidad.

 FUENTES:

“Diccionario de Política” – Bobbio – Matteucci – Pasquino – 2 tomos.- Siglo Veintiuno editores – México, 2002.-

“Diccionario de Ciencias  Humanas” – Louis – Marie Morfaux – Grijalbo, Barcelona – 1985

“Historia del Pensamiento Político” (4 tomos) .- Carlos S. Fayt – La Ley, Bs. As., 2004.-

“Manual de Doctrina Social de la Iglesia”.- Brardinelli – Galán -  Editorial Guadalupe – Bs. As., 2012.- 

 

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