LITERATURA - La generación española del 98.-

El artículo presenta una mirada de la transformación cultural de España, a fines del siglo XIX, con la derrota en la guerra con Estados Unidos y la aparición de una generación de escritores que recobraron el espíritu de la Madre Patria.

 La pérdida de las últimas colonias españolas en América como resultado de la guerra hispano – norteamericana, se ha considerado fundamental en la evolución del pensamiento español. El “shock” de 1898 para todo el orbe de la lengua española fue en extremo brutal: parecía desdecir, en su fundamento, el sentido mismo de la civilización.

A fines del siglo XIX el mundo se movía con una aceleración febril y España no había estado a la altura de los tiempos. En ese sentido, son significativas las palabras de abatimiento que el filósofo y diplomático español Ángel Ganivet escribe al profesor vasco Miguel de Unamuno (1864 – 1937), el autor más significativo del grupo intelectual español conocido como Generación del 98:

“La invención del vapor fue un golpe mortal para nuestro poder. Hasta hace poco no sabíamos construir un buque de guerra, y hasta hace poquísimo nuestros maquinistas eran extranjeros… Demos por vencida también la falta de estaciones propias para nuestros buques, y aún faltará algo importantísimo: dinero para costear las escuadras, el cual ha de ganarse explotando esas colonias que se trata de defender… Más lógico es dejarse derrotar  ‘heroicamente’  ”.

Tan violenta fue la sacudida y el despertar a una nueva realidad, que activó el sistema de supervivencia espiritual de la cultura española. Perdido ya el sueño imperial, España tuvo un consuelo no menor: tras casi un siglo de distanciamiento, la América hispana se reconcilió con la humillada “Madre Patria”. Los dos componentes del orbe de la lengua española se reunían contra un mismo adversario y una misma lengua.

 Aparece entonces en España aquella extraordinaria “Generación del 98” (Ortega y Gasset, Ganivet, Unamuno, Valle – Inclán, Machado, Baroja, Maeztu, Pérez de Ayala, Martínez Ruiz, conocido como Azorín), como un despertar tras dos siglos de somnolencia intelectual. La derrota provocó un examen de conciencia que condujo a los escritores, entre otras cosas, a retomar “el genio de la raza”, a “redescubrir” su propio país, a recorrer sus caminos y a reflexionar sobre el pasado y el destino de España.

 En términos prácticos, el planteamiento del problema parecía claro: no tenemos acceso a la tecnología y estamos fuera de esa competencia, pero tenemos el espíritu. Para España, el “despertar del alma” reencarnó junto a  la eterna obra de Cervantes: el Quijote, derrotado por la tecnología de los molinos, era inmortal en la cima del alma humana.

Agrupados como generación del 98, estos escritores se plantearon el problema de España y, como consecuencia de ello, con cierto pesimismo, dejaron los antiguos temas universales e imperiales por los interiores de las tierras y los pueblos españoles. El escritor del 98 mira hacia dentro de su patria con un profundo sentido crítico. Sus motivos los saca de los hechos más humildes y hasta insignificantes. Ama viajar por los pueblos más pobres de España y describir sus posadas aldeanas y sus campos sin agua. La tendencia crítica venía de las sencillas soluciones (pan y escuelas) de Joaquín Costa; de los artículos periodísticos de Leopoldo Alas, que en “La Regenta” hizo la disección de la vida de una capital de provincia; y del “Idearium español”; del más profundo y contradictorio escritor, el malogrado Ángel Ganivet que se suicidó en 1898.

Para 1898, estos escritores eran hombres jóvenes. Dijimos más arriba que la cumbre de esta generación fue Miguel de Unamuno.  Paradójico y tan contradictorio como Ganivet, ha sido la más representativa figura de la raza hispana en los tiempos modernos. Conocedor profundo de las raíces esenciales de las palabras, fue un gran poeta de sobria forma, como hombre del Norte, pero con un hondo sentido que llena el alma. Encanta su poesía infantil “La pajarita de papel” y llega a un misticismo pleno de contenido poético en el “Cristo de Velázquez” (Eucaristía).

Antonio Machado, el poeta de dicha generación cuyos versos inspiran hoy día temas musicales de Joan Manuel Serrat, mereció el elogio del célebre Rubén Darío, padre del modernismo, quien le dedicó este poema, que reproducimos en parte: Antonio Machado: Misterioso y silencioso/ Iba una y otra vez./ Su mirada era tan profunda/ que apenas se podía ver./ Cuando hablaba tenía un dejo/ De timidez y de altivez./ Y la luz de sus pensamientos/ Casi siempre se veía arder./Era luminoso y profundo/Como era hombre de buena fe./Fuera pastor de mil leones/ Y de cordero a la vez./ Conduciría tempestades/ O traería un panal de miel./ Las maravillas de la vida/ Y del amor y del placer,/ Cantaba en versos profundos/ Cuyo secreto era de él.       

 

Fuentes:

ABIZANDA BALLABRIGA, Manuel – “Algunas notas sobre La Generación Española del 98” – Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe 1952.-

BAROJA, Pío.- “La Busca”, Biblioteca Básica Salvat, Navarra, España, 1970.-

CLUB SIGLO XXI –“ España, Su Monarquía y el Cambio Social” – Fomento Editorial, Madrid, 1976.

DE UNAMUNO, Miguel – “Antología poética” – Espasa Calpe Argentina S.A. – Buenos Aires, 1946.-

GOMEZ DE LA SERNA, Ramón.- “Retratos contemporáneos escogidos” – Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1968.-

KRAUZE, Enrique – Redentores – Ideas y Poder en América Latina” – Debate, Buenos Aires, 2012

MACHADO, Antonio – “Poesías completas” – Colección Austral, Espasa – Calpe Argentina S.A., 1949.

ORTEGA Y GASSET, José – “Ensayos sobre la ‘generación del 98’ y otros escritores españoles contemporáneos ” – Revista de Occidente en Alianza Editorial,  1981.-

VOLTES, Pedro – “Cinco siglos de España en América” – Plaza y Janes Editores – Barcelona, 1987.-

YUSTE, José Luis.- “Las cuentas pendientes de la política de España” – Espasa Calpe – Madrid – 1986.-

 

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